La escultura romana destacó sobre la griega en lo relativo a la creación de la escultura-retrato. Los materiales más utilizados en el retrato romano fueron el bronce y el mármol. Las estatuas eran apolícromas, es decir, carecían de colores, excepto al principio en que los ojos sí se coloreaban, práctica que más tarde se abandonó para ser tallados. Al principio, la escultura romana de retrato sólo representaba la cabeza y parte del cuello. Al tiempo se avanzó en la representación de todo el busto, incluyendo hombros y pecho. También se esculpieron esculturas de cuerpo entero, en las que el personaje podía estar de pie o sentado, aunque hay que decir que es más frecuente el retrato sedente en mujeres que en hombres. |
La escultura romana del retrato nació para el emperador y luego se adaptó a otro tipo de personajes que podían costearse el trabajo de los artistas. De ahí que sea importante conocer los tipos de retratos que se hicieron a los emperadores porque luego, en menor o mayor medida se adaptaron al resto. También existen indicios del empleo del retrato ecuestre del emperador, pero sólo ha llegado a nuestros tiempos un solo ejemplar. La influencia de esta representación de poder tuvo un gran desarrollo en la escultura de etapas posteriores donde fue muy frecuente la representación de los monarcas o de grandes señores cabalgando a lomos de su caballo. El mosaico es otra de las artes más brillantes del mundo romano. Las villas tardorromanas tuvieron frecuentemente sus suelos cubiertos por hermosos mosaicos con figuras geométricas, escenas de caza, mitológicas, etc. |
En cuanto a la pintura, a pesar de su antigüedad, la pintura romana, descendiente y heredera de la griega, poseía una técnica depurada, (mejor que la posterior medieval) y representaba todo tipo de temas con una maestría que, aún hoy, nos sorprende. Los artistas romanos representaban los temas, tanto escenas cotidianas, mitológicas, paisajes, bélicas, como eróticas, cómicas, etc. Muchas veces las pinturas eran simulaciones de mármoles, de arquitecturas, de cuadros colgados o de jardines imaginarios. Los artistas de las ciudades romanas solían pintar sobre las paredes de las habitaciones de las casas mediante la técnica del fresco. A veces hasta siete capas sustentaban las pinturas y se utilizaba la cal y el jabón de cera. Los colores empleados son muy vivos y variados y muchas veces se conseguía plasmar la sensación de tridimensionalidad y de perspectiva. |
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